En un zoológico de California una hembra de tigre dio
a luz sus cachorros, pero desgraciadamente el parto fue prematuro y los bebés
nacieron demasiado pequeños causándoles horas después la muerte.
Tras recuperarse del parto, la tigresa empezó a
decaer psicológicamente. No quería comer, no reaccionaba a los estímulos, únicamente
dejaba pasar las horas. Los veterinarios del zoológico creyeron que podía haber
caído en una depresión a causa de la perdida de sus cachorros. Y antes de que
empezara a decaer físicamente, decidieron traerle otros cachorros que le
sustituyeran los suyos. Intentaron buscar por varios zoológicos algunas crías
de tigre, pero fue imposible.
Así que tras pensárselo mucho decidieron que la única
solución era traerle cachorros de otra especie, si no querían que la tigresa
siguiera sufriendo.
Los únicos cachorritos que encontraron fueron una camada
de huérfanos cerditos que tan solo tenían una semanas de vida.
Los veterinarios envolvieron a los cerditos en “piel
de tigre” y los colocaron junto a la tigresa. Los veterinarios sufrían por el
primer contacto, o podía salir bien, o muy mal y que sufrieran las consecuencias
los pobres cerditos.
Pero afortunadamente todo salió a pedir de boca y la
madre tigre los aceptó encantada. Los alimentó, cuidó y limpió como si de sus
propios hijos se tratase, vamos todo un logro.
Adjunto algunas de las fotografías:
Historia real que nos hace ver lo tierno que pueden ser estos animales.