lunes, 20 de febrero de 2012

Leones marinos, nuevos socorristas.





Mi primer post va dirigido a los leones marinos, me ha llamado mucho la atención que estos increíbles animales tengan la gran capacidad para trabajos algo más complejos que lo habitual. Y es que en el Oceanogràfic de Valencia se trabaja en un proyecto pionero en Europa para evaluar la capacidad de los leones marinos frente a labores de rescate, recuperación de objetos sumergidos y ayuda en salvamento marítimo.


Normalmente todo el mundo conoce a los leones marinos por sus espectáculos con aros, pelotas o cuerdas que realizan en zoológicos o parques acuáticos.


Pero como podemos ver, pueden ir mucho más allá de unas simples instrucciones. Son animales muy inteligentes, sociables y muy fáciles de educar, tienen una complejidad muy parecida a la de nuestros amigos los perros, llegan a ser animales muy disciplinados. Por ello al realizar estas tareas, podría equivaler a perros de rescate, pero en el mar.


Tienen unas grandes ventajas frente a los perros cuando hablamos de movilidad en aguas profundas. Estos animales son grandes nadadores, como ya sabemos en su hábitat natural pasan la mayor parte del año en el mar y tiene un gran oído debajo del agua, no se les escapa ningún movimiento. Otra gran ventaja es que ven bien debajo del agua incluso con muy poca luz y pueden llegar realizar repetidas inversiones en aguas profundas, superando los 200 metros, sin sufrir los efectos de la enfermedad de descompresión, pudiendo bucear hasta diez minutos sin necesidad de respirar. Son grandes expertos en localización de objetos en lugares de difícil acceso, para ello utilizan sus bigotes. Y pueden maniobrar en espacios estrechos e ir a la orilla, lo que les hace muy interesantes a la hora de combinar rescates en terrenos como mar y tierra, un ejemplo seria en los ríos. 


Según han explicado los cuidadores y entrenadores del Oceanogràfic los adiestramientos se inician desde que nacen con un contacto diario con múltiples objetos y personas diferentes, para con ello poder conseguir la mayor desensibilización al contacto humano. Una vez se destetan las crías y empiezan a comer pescado, se inicia el entrenamiento con ejercicios básicos y más adelante con entrenamientos específicos de rescate, como por ejemplo llevar una cuerda o un flotador de una posible víctima. Tras dos años de un aprendizaje diarios ya pueden pasar a demostrar sus habilidades en mar abierto.


Y como ya podemos ver, día tras día los animales nos sorprenden más con sus habilidades.