La historia de Christian el león.

Hoy os voy a contar una historia real que ocurrió en los años 60, trata sobre la tierna amistad que se creó entre dos jóvenes londinenses y un cachorro de león. 

La historia empezó un día de verano en el cual John Rendall y Ace Berg iban caminando por el centro de Londres, cuando decidieron entrar al gran centro comercial Harrod's. En la sección de animales encontraron un pequeño y adorable cachorro de león apretado y solitario encerrado en una diminuta jaula.

No pudieron resistirse a la tentación y decidieron comprarlo y llevarlo a casa. 

El león fue creciendo y convirtiéndose en amigo, familia y compañero de juego de los chicos. Lo criaron como a un hermano pequeño al cual mimaron, cuidaron y quisieron como uno más, viviendo así una de las experiencias más importantes y emocionantes de sus vidas.

Al año Christian ya pesaba 90 kg y cada vez era más grande, hasta que llegó el día en el que sus vecinos y las autoridades pensaron que era demasiado peligroso como para estar viviendo entre ellos un animal de naturaleza salvaje, así que los presionaron para que lo liberaran. Con toda la tristeza de su corazón tuvieron que llevarlo a Kenya, África, donde les esperaba George Adamson, un conservacionista que vivía allí y les ayudaría con el proceso de adaptación de Christian. Tras la rehabilitación fue liberado en la selva de Kenya, allí el león se adaptó con facilidad al nuevo hábitat e incluso formó su propia familia, siendo el líder de la manada.

Un año después John Rendall y Ace Berg decidieron viajar a Kenya para reecontrarse con su felino amigo, ya que durante todo este tiempo no había pasado ningún día que no pensaran en él y se querían despedir por última vez y querían saber que él estaba bien y que introducirlo en la selva había sido la mejor decisión que podían tomar para el bienestar de su amigo.

Antes de viajar, George Adamson, les advirtió que sería difícil encontrarlo ya que hacía nueve meses que nadie lo había visto y cabía la posibilidad de que el león no les reconociera e intentara atacarlos, ya que se había convertido en un león salvaje. A pesar de ello decidieron viajar a Kenya y tras muchas horas buscando la manada, fue Christian quien les encontró. Ellos temían por la reacción del felino, pero la sorpresa fue cuando se  abalanzó sobre ellos dándoles un fuerte abrazo. El reencuentro fue muy emotivo, no solo él se acercó, toda la familia del león fue a saludarles cariñosamente y se comportaron igual de afables que Christian, incluso pudieron   acariciar a dos de las leonas del grupo, Mona y Lisa. 

A la mañana siguiente cuando se despertaron Christian ya no estaba, se había ido con su manada. 

Ya no volvieron a saber nada más de él.